miércoles, 29 de junio de 2011

GRACIAS, DIOS MÍO.

Señor, ¡tengo tanto qué agradecerte! Gracias por la familia que me has dado. Es maravilloso, Señor, darme cuenta de todo lo que tengo. Ayúdame a valorar lo que me has dado.

¡Cuántos desearían estar en mi lugar! Es maravilloso tener brazos cuando hay tantos mutilados; que mis ojos vean, cuando hay tantos sin luz; que mis manos trabajen, cuando hay tantos que mendigan; que pueda hablar, cuando hay tantos que enmudecen.

Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.

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