miércoles, 30 de abril de 2014

PESAMIENTOS DE APRECIO.

PESAMIENTOS DE APRECIO

 

Según el resultado de investigaciones, cuando sientes emociones negativas, como el enojo, tu ritmo cardiaco se vuelve desordenado, desigual,  impredecible y fluctuante.

Esto crea una reacción en cadena en tu cuerpo que, con el tiempo, puede hacer que desarrolles hipertensión, lo cual aumenta tus riesgos de padecer enfermedades del corazón.

 

Las personas que tienen la conciencia tranquila se sienten mejor; viven en paz, alegres y felices. Las actitudes deshonestas ensucian la conciencia.

 

Cuando tienes pensamientos relacionados con el aprecio, tu ritmo cardiaco aparece como una onda estable, regular y equilibrada. Es un ritmo armonioso que fomenta la buena salud, fortalece el sistema inmunológico, proporciona un buen funcionamiento al sistema nervioso y mejora el equilibrio hormonal.

 

Además, el cerebro provoca un mayor flujo sanguíneo, lo cual afecta directamente todas las funciones; te sientes animado, feliz, alegre, con más energía, entusiasta y en paz.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

martes, 29 de abril de 2014

PROCEDERÉ AHORA MISMO

PROCEDERÉ AHORA MISMO

(Pergamino nueve de "El Vendedor más Grande del Mundo" de Og Mandino)

Todos mis sueños, planes y metas, carecen de valor si no son seguidos de la acción, por eso procederé ahora mismo.

Ni el mapa hace avanzar al viajero, ni la más sabia ley evita el crimen. Tampoco estos pergaminos harán de mí el vendedor más grande del mundo, si no pongo manos a la obra.

Procederé ahora mismo. Mis retrasos pasados se han debido al temor, ahora sé que puedo y debo  superarlos. Avanzaré sin vacilación, y el temblor de mi corazón desaparecerá.

Mi ejemplo es la luciérnaga, que proyecta su luz sólo cuando vuela, cuando está en acción.

Procederá ahora mismo; no eludiré las tareas de hoy, ni las pospondré para mañana, porque el mañana nunca llega; es mejor actuar y fracasar, que estar inactivo y salir del paso a duras penas.

Procederé ahora mismo, ahora mismo, ahora mismo;  me repetiré estas palabras sin cesar hasta que sean para mí como el aire que respiro; así prepararé mi mente para el éxito; las repetiré al saltar de la cama por la mañana, dejando al fracasado que duerma una hora más.

Procederé ahora mismo, me lo diré al encontrarme con el primer cliente.

Procederé ahora mismo, me lo diré frente a una puerta cerrada, ante la tentación de la derrota, ante la indecisión de emprender un esfuerzo más.

Caminaré por donde el medroso teme andar. Trabajaré cuando el fracasado busque descanso.

Procederé ahora mismo, y podré decir que mi labor está cumplida antes que el fracasado diga que es demasiado tarde.

Procederé ahora mismo, porque el ahora es todo lo que tengo; mañana es el día en que el débil se vuelve fuerte, pero yo no soy débil; mañana es el día en que el fracasado tendrá éxito, pero yo no soy un fracasado; yo tengo hambre y sed de éxito, de felicidad; por eso para no morir, procederé ahora mismo; el éxito no esperará, el momento es ahora, éste es el lugar, yo soy el hombre; procederé ahora mismo.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

viernes, 25 de abril de 2014

GUÍAME, DIOS; GUÍAME, SEÑOR.

GUÍAME, DIOS; GUÍAME, SEÑOR.

(Og Mandino)

Señor, creador de todas las cosas, ayúdame para que no pierda el camino del éxito y la felicidad.

No pido oro ni comodidades; dame la habilidad para aprovechar mis oportunidades; enséñame a conquistar con palabras, y a prosperar con amor.

Enséñame a permanecer humilde en los fracasos, sin perder de vista el premio de la victoria; ponme frente a temores que puedan templar mi espíritu, pero dame valor para reírme de mis dudas.

Dame un número suficiente de días para alcanzar mis metas, pero también ayúdame a vivir el hoy como si fuera el último.

Guía mis palabras para que den frutos; disciplíname para no darme por vencido, y ábreme los ojos para ver la oportunidad.

Enriquéceme con buenos hábitos, pero dame comprensión para las debilidades humanas.

Que comprenda que todo pasará, pero que reconozca también cuanto he logrado.

Exponme al odio para que no me sea extraño, pero lléname de amor, para hacer de los extraños mis amigos;  que todo esto sea así si es tu voluntad. 

Debe existir un lugar para mí;  guíame, ayúdame, señálame el camino. 

Haz que llegue a ser todo lo que tú tenías planeado para mí cuando me plantaste para germinar en la viña del mundo. 

Ayuda a este ser,  a este humilde vendedor.

Guíame, Dios; guíame, Señor.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

HOY MULTIPLICARÉ MI VALOR EN UN CIENTO POR CIENTO.

HOY MULTIPLICARÉ MI VALOR EN UN CIENTO POR CIENTO

(Pergamino ocho de "El Vendedor más Grande del Mundo" de Og Mandino)

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Para esto, lo plantaré como el trigo, en la oscuridad de mis debilidades, ignorancia y fracasos; para que el sol, la lluvia y el viento de mis esfuerzos, privaciones y buenas ideas, lo hagan germinar al máximo.

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento, fijándome metas para el día, la semana, el mes, el año, la vida.

No me preocuparé porque parezcan demasiado altas.

Para alcanzar al águila con la flecha, se dispara como si debiera llegar a la Luna.

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Sin asombrarme de la magnitud de las metas, aunque tropiece antes de alcanzarlas, si esto sucede, volveré a levantarme una y otra vez.

Si unos quieren hacer con su barro una cueva, yo, para mí, quiero hacer un castillo.

Así como el sol calienta la tierra, así las palabras de estos pergaminos calentarán mi vida, y harán realidad mis sueños.

Cada día subiré más alto.

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Y lo diré a los cuatro vientos; una vez que los demás conozcan mis metas, no podré retroceder hasta hacerlas realidad.

Por eso nunca apuntaré demasiado bajo, ni me sentiré satisfecho con lo que haya logrado.

Tampoco proclamaré mis éxitos.

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Y todos se asombrarán en la forma en que las verdades de estos pergaminos se cumplen en mí.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

miércoles, 23 de abril de 2014

TENER VIDA ES TENER A DIOS.

TENER VIDA ES TENER A DIOS

Dios desea nuestra felicidad mucho más que nosotros.

 

Jesús vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.

 

Tener vida es tener a Dios, felicidad, alegría, gozo.

 

Cristo nos da muchos recursos para ser felices, a pesar de los problemas.

 

La única manera de ser felices es en unión con Dios.

 

La persona que está triste debe preguntarse si está en Gracia de Dios.

 

Fuera de Dios jamás hallaremos felicidad.

 

Jesús es nuestro pastor, nosotros somos sus ovejas.

Debemos tener los oídos bien abiertos para escuchar con atención la voz de Dios.

 

Tener los ojos bien abiertos para ver a Jesús en los demás, verlo en los acontecimientos, en la naturaleza.

 

Dios se nos hace presente todos los días, muchas veces.

¿Lo vemos?

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

miércoles, 16 de abril de 2014

ME REIRÉ DEL MUNDO.

ME REIRÉ DEL MUNDO

(Pergamino siete de "El Vendedor más Grande del Mundo" de Og Mandino)

Me reiré del mundo.

La risa es un don que sólo el hombre posee, y que puede usar cuando quiera.

Cultivaré el hábito de la risa, y olvidaré todos mis pesares.

Me reiré del mundo, y en especial de mí mismo.

No caeré más en la trampa de tomar al hombre demasiado en serio, porque siempre será un grano de arena agitado por el viento.

¿Qué me parecerá mi preocupación de hoy dentro de diez años?,

insignificante, por eso, me reiré del mundo; pero

¿Cómo lo lograré cuando esté frente a un hombre o a circunstancias que provocan mis lágrimas o maldiciones?

Aprenderé a repetir tres palabras hasta que se hagan hábito en mi mente y en mi conducta:

Esto pasará también, esto pasará también, esto pasará también.

Todas las cosas mundanales se acaban: el orgullo y la depresión, la pobreza y la riqueza.

¿Dónde está el que edificó la pirámide?, ¿no está sepultado bajo sus piedras?

Trabajaré, más para no estar triste, que para ser feliz.

La felicidad no es para almacenarse.

Hoy disfrutaré de la felicidad de hoy, y cada día sembraré y cosecharé la de ese día.

Hoy me reiré del mundo, y mi risa dará a todas las cosas su justa medida.

Al reírme de mis fracasos, los convertiré en nuevos sueños.

El día será triunfante, sólo cuando mis sonrisas hagan sonreír a otros.

Así los conquistaré.

En adelante, no derramaré más que lágrimas de sudor, las otras no tienen valor en el mercado; en cambio las sonrisas valen oro, y cada palabra bondadosa salida del corazón, puede edificar un castillo.

Me reiré de mí mismo, sin permitirme una opinión demasiado buena de mi persona; en esto debo ser como un niño: capaz de admirar a los demás, y dispuesto a aprender de ellos.

Me reiré del mundo, y no seré jamás pobre; porque solamente con la risa y la felicidad, puedo tener verdadero éxito, y gozar del fruto de mi trabajo.

La felicidad es el vino que acompaña al banquete del éxito, y la risa es la doncella que lo sirve.

Seré feliz.

Tendré éxito.

Seré el más grande vendedor que el mundo haya conocido.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

lunes, 14 de abril de 2014

HOY SERÉ DUEÑO DE MIS EMOCIONES.

HOY SERÉ DUEÑO DE MIS EMOCIONES

(Pergamino seis de "El Vendedor más Grande del Mundo" de Og Mandino)

Hoy seré dueño de mis emociones. La naturaleza es un ciclo incesante; la marea sube y baja; el sol aparece y se oculta; al invierno le sigue la primavera; yo soy parte de esa naturaleza, y mis estados de ánimo suben y bajan; pero hoy seré dueño de mis emociones.

Si el gozo de ayer es la tristeza de hoy, ésta se convertirá en las alegrías del mañana. ¿Cómo dominar estas emociones para que cada día sea más productivo? No puedo ofrecer a mis clientes pesimismo, porque su reacción será negativa; tengo que ofrecerles gozo y entusiasmo, para que me acepten y me compren.

Tengo que ser dueño de mis emociones. Si me siento deprimido, cantaré; si me siento triste, reiré; si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo; si siento miedo, me lanzaré adelante; si me siento inferior, miraré hacia el cielo; si me siento inseguro, levantaré la voz; si siento la pobreza, pensaré en la riqueza futura; si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado; si me siento insignificante, recordaré mis elevadas metas.

Hoy seré dueño de mis emociones. Sabré reconocer las fuerzas destructoras que se me acerquen, con una aparente sonrisa. Si quiere invadirme la confianza excesiva, recordaré mis fracasos; a la abundancia opondré el recuerdo de mis escaseces; a las ideas de grandeza, presentaré mis pasadas humillaciones; si la riqueza me sonríe, me acordaré de los pobres; al orgullo lo aplastaré con mis momentos de debilidad.

Hoy seré dueño de mis emociones; así comprenderé y reconoceré los estados de ánimo de aquellos con quienes me encuentre; toleraré sus enojos, y sabré ignorar sus insultos; mañana su humor será distinto, y visitarlos será un placer.

No volveré a juzgar a una persona a primera vista, éste es un secreto que me abrirá de par en par las puertas de la riqueza.

Hoy seré dueño de mis emociones; así seré dueño de mí mismo; controlaré mi destino; seré grande; me convertiré en el vendedor más grande del mundo.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

jueves, 10 de abril de 2014

VIVIRÉ ESTE DÍA COMO SI FUESE EL ÚLTIMO DE MI VIDA.

VIVIRÉ ESTE DÍA COMO SI FUESE EL ÚLTIMO DE MI VIDA

(Pergamino cinco de “El Vendedor más Grande del Mundo” de Og Mandino)

Viviré este día como si fuese el último día de mi vida.

No perderé un momento en lamentarme por las desgracias, las derrotas, los sufrimientos del ayer.

¿Por qué debo desperdiciar lo que es bueno en lo malo? ¿Puedo vivir de nuevo los errores de ayer, y corregirlos? ¿Puedo volverme más joven que ayer? ¿Puedo anular los golpes que he asestado, el dolor que he provocado? No.

El ayer ha quedado sepultado para siempre, y no pensaré más en él.

Viviré este día como si fuese el último día de mi vida; porque este día es todo lo que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad.

Soy en realidad un hombre afortunado; ¿por qué se me ha permitido vivir este día extra, cuando otros mucho mejores que yo han muerto? 

Es ésta otra oportunidad para convertirme en el hombre que yo sé que puedo ser. Si malgasto el día de hoy, destruyo la última página de mi vida.

Viviré este día como si fuese el último de mi vida.

Evitaré cuanto mata al tiempo: A la indecisión la destruiré con la acción; a las dudas, con la fe; al temor, con la confianza; coquetear con la ociosidad, equivale a robar, y yo no soy ladrón.

Viviré este día como si fuese el último de mi vida. Los deberes de hoy, los cumpliré hoy: Acariciaré a mis hijos; abrazaré a mi mujer, y la besaré dulcemente; mañana ya no estarán, y yo tampoco.

Hoy le prestaré ayuda al amigo necesitado, porque mañana ya no me necesitará.

Viviré este día como si fuese el último de mi vida, y si lo es, será mi monumento más grande.

Aprovecharé todas las horas, y a los minutos los canjearé solamente por algo de valor.

Trabajaré más que nunca, ganaré más que nunca.

Mi último día deberá ser mi mejor día, y si éste no es mi último día, caeré de rodillas, y daré gracias.

 

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

 

 

miércoles, 9 de abril de 2014

SOY EL MILAGRO MÁS GRANDE DE LA NATURALEZA.

SOY EL MILAGRO MÁS GRANDE DE LA NATURALEZA

 

(Pergamino cuatro de  “El Vendedor Más Grande del Mundo”, de Og Mandino)

 

Soy el milagro más grande de la naturaleza. Jamás ha existido otro con mi mente, mi corazón, mis ojos, mis manos; nadie que piense, hable o actúe como yo. Soy único, por eso mi misión sólo puedo yo cumplirla.

Nadie puede hacer lo que yo hago; nadie puede engendrar a mi hijo; nadie puede vender como yo; debo hacer que esta singularidad dé frutos al máximo.  Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Ya no intentaré imitar a los demás; una mercancía se vende porque ofrece algo diferente y único; yo tengo que hacer sentir mi singularidad, porque es valiosa; es fruto de miles de años de progreso humano; no estoy empleando más que un mínimo de ese potencial ilimitado de que dispongo, por eso no puedo satisfacerme con los éxitos de ayer, ni complacerme en alabanzas: mis éxitos son demasiado pequeños para exigir reconocimiento.

Soy el milagro más grande de la naturaleza, y estoy en la Tierra con un propósito: crecer hasta convertirme en montaña, no disminuir hasta acabar en grano de arena. 

Aumentaré mi conocimiento de la humanidad, de mí mismo, y de lo que ofrezco a los demás; cuidaré mi modo de hablar, recordando que muchos han tenido éxito en sus ventas con un solo discurso bien pronunciado.

Soy el milagro más grande de la naturaleza, y concentraré mi atención en lo que hago en cada momento; no estaré pensando en la familia mientras trabajo en el mercado; no llevaré al hogar los problemas del trabajo.

Soy el milagro más grande de la naturaleza, y mis ojos y mi mente podrán descubrir las buenas oportunidades, aunque se presenten ocultas. Miraré más allá de su disfraz para no dejarlas escapar.

Soy el milagro más grande de la naturaleza, y la naturaleza no conoce derrotas. Después de cada victoria  la lucha será menos difícil. Venceré y seré un gran vendedor de las mejores mercancías, porque soy único, singular.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

 

sábado, 5 de abril de 2014

PERSISTIRÉ HASTA ALCANZAR EL ÉXITO.

PERSISTIRÉ HASTA ALCANZAR EL ÉXITO

(Pergamino tres de “El Vendedor más Grande del Mundo”, de Og Mandino)

Reconoceré que cada día la vida me pone de nuevo a prueba; pero no nací en la derrota, no; no me dejaré contagiar por los que lloran y se quejan; persistiré hasta alcanzar el éxito.  Los premios en la vida se encuentran al final de cada jornada, no al principio. Daré siempre un paso más, y si no es suficiente, daré otro; mi esfuerzo diario será como el golpe tenaz del hacha sobre el duro roble. Seré como las gotas de lluvia que acaban por demoler una montaña, o como la estrella que ilumina toda la tierra. Persistiré hasta alcanzar el éxito. Desaparecerán de mi  vocabulario palabras como: “no puedo”, “fracaso”, “no hay esperanza”; trabajaré y alcanzaré mi meta; algunos obstáculos serán insuperados, pasando por encima o por debajo, pero ninguno me detendrá. El eco de un “no”, hará sonar en mi memoria la melodía del “sí”, como la noche precede al día. No permitiré que la jornada termine en fracaso. Intentaré una vez más; el éxito de este día  está a un paso, y yo voy a darlo. Persistiré hasta alcanzar el éxito. No dejaré que los triunfos de ayer me hagan caer en la vana complacencia de hoy. Saludaré al nuevo día con la confianza de que será superior al de ayer, pero inferior al de mañana. Mientras haya un hálito en mí, persistiré hasta alcanzar el éxito, y lo alcanzaré.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

viernes, 4 de abril de 2014

SALUDARÉ ESTE DÍA CON AMOR EN MI CORAZÓN.

SALUDARÉ ESTE DÍA CON AMOR EN MI CORAZÓN

(Pergamino dos de “El Vendedor más Grande del Mundo” de Og Mandino)

Saludaré este día con amor en mi corazón, éste es el secreto más grande del éxito en todas las empresas; y hasta que no domine este arte, no seré más que un charlatán en el mercado.

Haré del amor mi arma más poderosa, y nadie podrá resistirla; podrán contradecir mi razonamiento, desconfiar de mis discursos, desaprobar mi modo de vestir, pero mi amor, irradiará calor en sus corazones.

Saludaré este día con amor en mi corazón; ¿cómo?, contemplaré todo con amor, y seré un hombre nuevo: Amaré al sol porque me da calor, y amaré a la lluvia porque purifica y fecunda; amaré la luz porque me muestra el camino, y amaré la oscuridad porque me enseña las estrellas.

Saludaré este día con amor en mi corazón; y, ¿cómo hablaré?, elogiaré a mis enemigos, y se volverán mis amigos; animaré a mis amigos, y serán  mis hermanos; buscaré siempre la forma de hablar bien, nunca mal de nadie. ¿Qué?, ¿acaso los pájaros, el viento y el mar, no hablan todos con la música de alabanza para su Creador; no podré hablar así a sus hijos?

Saludaré este día con amor en mi corazón; ¿cómo procederé?, amaré a todas las personas, porque todas tienen cualidades propias dignas de admiración, aunque tal vez ocultas: Amaré al hombre con aspiraciones porque puede inspirarme; amaré a los que fracasan, porque pueden enseñarme; amaré a los ricos, porque sufren de soledad; amaré a los pobres, porque… ¡Son tantos!; amaré a los jóvenes por la fe a que se aferran.

Saludaré este día con amor en mi corazón. ¿Pero cómo reaccionaré ante la conducta de los demás?, amándome a mí mismo; evitaré todo lo que pueda dañar mi cuerpo, mi alma, mi mente, mi corazón; no permitiré al vicio ser amo de mi cuerpo, ni dejaré que mi alma se vuelva complaciente y satisfecha. Seré moderado en todos mis apetitos; y alimentaré mi espíritu con la meditación y la oración. El odio ha sido desterrado de mi ser.

Saludaré este día con amor en mi corazón. Viviré en el amor, y tendré éxito.

Que Dios y María Santísima te bendigan.     Mary y Jaime.

jueves, 3 de abril de 2014

HABLA SAN JUAN DE LA CRUZ DEL AMOR QUE DIOS NOS TIENE.

 

 

 

HABLA  SAN  JUAN  DE  LA  CRUZ  DEL  AMOR  QUE  DIOS  NOS  TIENE

 

Comunícase Dios, en esta interior unión, al alma, con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano, ni amistad de amigo que se le compare.

 

Porque aun llega a tanto la ternura y verdad de amor con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma, que Él se sujeta verdaderamente a ella para engrandecerla, como si Él fuese su siervo y ella fuese su señor; y está tan solícito en regalarla, como si Él fuese su esclavo y ella fuese su Dios. ¡Tan profunda es la humildad y dulzura de Dios!

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

miércoles, 2 de abril de 2014

HOY COMIENZO UNA NUEVA VIDA.

HOY COMIENZO UNA NUEVA VIDA

(Pergamino uno de “El Vendedor más Grande del Mundo” de Og Mandino)

Hoy comienzo una nueva vida. Hoy nazco de nuevo, y mi lugar de nacimiento es una viña donde hay frutos para todos.

Hoy saborearé el gusto de las uvas frescas de las vides; me tragaré la semilla del éxito encerrada en cada una, y una nueva vida retoñará dentro de mí.

La carrera que he escogido está llena de oportunidades; en el pasado acepté el fracaso, como he aceptado el dolor; ahora lo rechazo, y estoy preparado para abrazar la sabiduría que me sacará de las sombras, y me internara en la luz resplandeciente del bienestar, la riqueza y la felicidad.

No debo esperar indefinidamente, y sin embargo, tengo que aprender a ser paciente, la naturaleza nunca se precipita.

Pero ¿Cómo lograré todo lo que deseo?, porque sé que me faltan conocimientos y experiencias. He tropezado con mi propia ignorancia, y he caído en la compasión por mí mismo; la respuesta es sencilla: comenzaré  mi viaje sin el estorbo de conocimientos innecesarios, y sin la desventaja de una experiencia carente de significado.

En estos pergaminos tengo lo único necesario; los principios que me enseñan más a evitar el fracaso que a llegar al éxito; el éxito está en mi interior, en cambio el fracaso es la incapacidad del hombre para alcanzar sus metas.

La diferencia entre el que fracasa y el que triunfa, radica en sus hábitos o costumbres; los buenos hábitos son la clave del éxito; los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso; por eso me formaré buenos hábitos y sabré ser esclavo de ellos.

El primero de mis buenos hábitos será leer el contenido de cada uno de estos pergaminos durante treinta días, tres veces diarias; al levantarme por la mañana, después de comer al mediodía, y la última, antes de acostarme a dormir.

Estoy seguro que acabaré por descubrir que reacciono ante las situaciones en la forma prescrita por los pergaminos, y con facilidad, porque todo se hace fácil con la práctica.

Hoy comienzo una nueva vida, nada retardará su crecimiento.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

martes, 1 de abril de 2014

A

A

A Dios rogando, y con el mazo dando.

A falta de ciencia, está la obediencia.

A falta de inteligencia, tenacidad.

A la naturaleza con poco le basta, pero el hombre nunca se harta.

A las diez en la cama estés, y si puedes antes, mejor que después.

A los jefes se les teme; a los líderes se les ama.

A más retos, más oportunidad de crecimiento.

A palabras necias, oídos sordos.

A quien Dios más ha dado, más está obligado.

A tiempo un rotundo NO, muchos males evitó.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

 

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